Random is my second name

Escritos sin sentido, palabras ordenadas que trasmiten mucho o poco, ambiguos... Como yo.


Un año más un año menos, y puedo escribir millones de cursilerías con respecto a este, hoy no ando pussy así que no creo que esto salga así...
En un recuento pasajero, tal vez para no olvidar, con la esperanza de que el próximo sea mejor (ok eso ni yo me lo creo....) Todo seguirá igual, ni bueno ni malo, solo igual... Mi cabeza muy posiblemente se quede en el cesped, donde ya se acostumbró a estar, aunque al fin de cuentas si sigue ahí, es solo por mi.
Me llevo muchas cosas, muchas otras me gustaría dejarlas... Igual no lo haré, todo va en la misma maleta.

Me llevo miles de canciones que me hicieron viajar, miles de frases que llegaron muy hondo, gente que vino y se fue, gente que nunca estuvo, y gente que estuvo a medias. Me llevo las mentiras y las verdades, las ideas inconclusas y los deseos reprimidos, las lágrimas que no saque, y las que me gustaría recuperar, las palabras que dije, las que calle y las que escribí, las indirectas y las que no lo fueron y aun asi llegaron. Las miradas en silencio, los comentarios debajo de la mesa, las picardías y frases sexosas, las mil y un historias, la falta de sueño y las ganas de soñar.


Aprendí a mentir más y mejor, a besar sin remordimiento, a volverme un poco mas mierda, a crear sueños y a destruir otros más, aprendí a no confiar, a no creer, y a caer. A dormir en cualquier cama, y con cualquier persona, sin dejar de lado la decencia y el pudor, que al fin y al cabo ya me dejo de importar, aprendí a dejar de esperar y a seguir esperando un poco más, aprendí que nadie me va llenar si no me lleno a mi mismo antes, y que jugar de vez en cuando no es tan malo, que un nombre no define, y que al final ya no queda nada que perder, que todo empieza por una idea, y que las cosas saben mejor más allá del arcoiris, aprendí que hay que seguir el camino amarillo, aunque si hay uno rojo es mil veces mejor, aprendí que no importa cuantas veces perdone, el sentimiento queda, si no me perdono antes a mi mismo, aprendí a querer mucho menos, pero a encariñarme más, a que amar no significa que todo estará bien y odiar que todo estara mal, aprendí que un te amo al fin de cuentas no soluciona nada, y muchas veces no se dice de verdad y que si cuento a mis amigos, los números negativos son prioridad. Aprendí a bailar por algo y no para verme bonito, y que soy mas fuerte de lo que pensé

Guardare las zapatillas rotas y los pasos, las cuentas y las luces, el maquillaje y la música de mi pasión, y la sonrisa de saber que aún nadie me ha matado o que yo me he muerto tantas veces que ya nadie me quiere matar.


Es curioso que este año me haya encontrado, y descubriera quien soy, es curioso como siempre dije que a quien mas conocía era a mi mismo y este año me di cuenta que no. Conocí a alo, conocí a El, y me conocí a mí.

Curioso que cuando empecé a escribir esto sentí que el año no fue de los mejores, pero al terminar me di cuenta de que si lo fue. Tengo lo que necesito y lo demás esta de más.... El próximo no sera borrón y cuenta nueva como los pasados, el aprendizaje queda y lo único que tengo que mejorar, es la meta, pero el camino ya esta. Estoy seguro que la cabeza al final si se levantara del césped...


Puedo brindar por tantas cosas esta noche... Motivos hay de sobra, junto con los tragos, pero me gustaría hacerlo por la única situación de la que he escapado, es increíble como nunca me importó, o me importo lo suficiente como para que no me moviera.

Uno más uno menos, si al final ya lo sabía. Porque el estar a medias nunca es suficiente y cuando se esta totalmente algunas veces eso es peor.

Hoy ya no hay conversaciones en silencio, ni te quiero en el aire, ya no hay ni una gota, y aunque diga no me importa, se que no debería de tragarmelo. De nada me sirve llorar o hacerme el fuerte, si al final no estarás, incluso ya me da lo mismo, no se por que escribo esto, si es por vos, si es por mí... Aun no se si de verdad te amaba o te llegaré a extrañar, seguiré besando labios y durmiendo en cualquier lugar, seguiré mandando mensajes y esperando que algún día llegue una respuesta interesante, una llamada perdida, un mensaje de cuando estés sobrio, uno que me diga que perdiste el miedo, o que yo aprendí a dejarte de esperar, a voltear sin miedo, a borrar las huellas y a recordar, sin miedo a que vuelva a pasar, nunca me despediré... aún no me llegan a gustar...


Es que para el final de la noche, no había- nadie en la puerta. Ya nadie esperaba, o tal vez nadie nunca esperó. Los momentos quedan repasados en la mente, los momentos uno a uno suelen ser olvidados, por mas artefactos que sirvan para recordar... al final de la noche, el momento ya no está.

Hay heridas que de vez en cuando nos hacen recordar los frágiles que somos, y entre tantos sueños de grandeza, nos hacen tropezar, caer de rostro.
Un golpe seco, duro... no hay tiempo de pensar, en un abrir y cerrar de ojos, el suelo nos abraza fuertemente.

¿En qué momento, tantas cosas se acumulan y la gravedad se divierte con juegos en contra de uno?

No quiero saber de mensajes, ni de llamadas mucho menos de si uno es igual. Uno con costos respira, y se exige... Despegar los pies del suelo suele ser la mejor opción...aunque no se debe olvidar que también hay que aprender a aterrizar.


Acá nada es obligatorio




Y es que ellos fueron, son y tal vez serán


Laberintos curiosos y extractos cotidianos



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